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Venid a mi todos los que estàn trabajados y cargados , y yo os harè descansar... Mateo 11:28

viernes, 24 de febrero de 2012

Ofrecer lo que no nos pertenece

Las épocas de enamoramiento son las más curiosas que el ser humano puede experimentar, no importando la edad. Me refiero en plural, porque no solamente aludo al enamoramiento en el sentido de pasión (que innumerables veces confundimos con amor), sino también al tipo afición por un objeto, lugar o actividad. Por otro lado, utilizo el adjetivo curioso porque son los períodos en los cuales vemos el futuro como una ilusión de lo efímero e iluso del presente, también en el que llegamos a ofrecer lo que no nos pertenece y lo que no podemos mantener.



Respecto a lo último, en cuanto al enamoramiento pasión, fíjate cómo prometiste (o te prometieron), la luna, las estrellas, el universo; cariño o amor "toda" la vida, con "todo" el corazón, y prometiste o te prometieron utilizando el adverbio "siempre" o "eternamente". En cuanto al enamoramiento afición, te acuerdas de prometer cuidar "siempre" a tu primera mascota, de "nunca" olvidar ese lugar que tanto te gustó, de ser un(a) amig@ "incondicional", de darle "el mejor" cuidado al coche 0km que adquiriste, y algunos etcéteras más que harían esta reflexión demasiado larga.



Hemos hecho maestrías, y hasta doctorados, en el arte de ofrecer lo que no tenemos, y en lo que no podremos cumplir o mantener. Lo interesante del caso, es que lo hacemos con tanta efusividad y convicción, que damos como realidad perpetua la ilusión del momento, poniéndonos una venda para no ver la realidad, que luego nos pega de frente tan fuerte como estrellarnos con un camión a 200km/h.



Cuidado con lo que prometes u ofreces, y evita ponerte (o que te pongan) la venda anti-realidad.



Salmos 144:11

Rescátame, y líbrame de la mano de los hombres extraños, cuya boca habla vanidad, y cuya diestra es diestra de mentira.



Eclesiastés 6:9a

Más vale vista de ojos que deseo que pasa.





Autor: David A. Guerrero S.

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