El Canal de la Mona es el espacio que divide a la República Dominicana y Puerto Rico. La distancia es relativamente corta, ya que si fuera de tierra firme o existiese un puente, cruzar entre los dos territorios se haría en menos de una hora. Sin embargo, el Canal de la Mona tiene una peculiaridad: es extremadamente activo, ya que convergen peligrosamente las aguas del Océano Atlántico y el Mar Caribe; atravesarlo a nado es casi un suicidio.
Como el Canal de la Mona, existen comportamientos humanos. Se le suele llamar de múltiples formas: doble ánimo, doble cara, lealtad dividida, hipocresía, entre otros; al fin y al cabo, no importa cómo se le llame, el riesgo que corre quien se comporta de tal manera es demasiado alto. Tarde o temprano la turbulencia de ambas aguas provocarán lesiones graves, en ellos y en aquellos con quienes se relacionen, y posiblemente la muerte.
Dios usa términos muy fuertes respecto al tema: Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca (Apocalipsis 3:15-16); Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí (Mateo 15:7-8)
Sea con nuestros semejantes, y mucho más con Dios, debemos tener una sola voz, un solo espíritu, una sola cara. Nadar entre dos aguas, en adición a que es agotador, es peligroso y mortal.
Santiago 5:12b
Cuando digan "sí", que sea "sí"; y cuando digan "no", que sea "no". ¡No vaya a castigarlos Dios por no cumplir con su palabra!
Autor: David A. Guerrero S.
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