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Venid a mi todos los que estàn trabajados y cargados , y yo os harè descansar... Mateo 11:28

lunes, 9 de enero de 2012

Expertos en caer

Esta mañana, al levantarme y revisar mi teléfono inteligente (vicio que reconozco hago incluso antes de siquiera lavarme los dientes), leí una frase en el perfil del "BB" de una compañera de trabajo que ha hecho que revise cuántos errores, faltas y "vicios" se han hecho recurrentes en mi vida, y en las personas que conozco: "De tanto que tropiezo, ya sé cómo caer". Al investigarla, resulta que es el título de un pequeño libro de la Dra. Teraiza Mesa Rodríguez, y parte de la lírica de una canción.



Del poco tiempo que tomo para ver TV, algunas veces veo una serie que se basa en el estudio del comportamiento y perfil del individuo, más que las evidencias físicas per se, para resolver crímenes. En ella se han presentado casos en los cuales se perfila el tipo de personas que practican un cierto tipo de crimen, y van "mejorando" sus técnicas, buscando la "perfección" en lo que hacen. Si lo analizas bien, la frase lo que infiere es eso mismo: vamos tropezando y cometiendo errores, y en vez de aprender a evitarlos, vamos "mejorando" las técnicas para "perfeccionarnos" en caer.



¿Conoces personas así, como que se especializan en fallar y regodearse o deleitarse en el lodo? Si le aplicáramos las técnicas criminalísticas a su comportamiento, ¿qué encontraríamos? ¿La parte del cerebro de aprendizaje-tras-caída desactivada? ¿Convicción de que lo están haciendo bien y que el resto lo hace mal? ¿O simplemente es una forma de hacer "publicidad" o ir contracorriente?



Cuidémonos de volvernos expertos en fallar, caer, cometer errores, y sobre todo, en pecar; porque en adición a ser llamados necios por el mismo Dios, las consecuencias de igual manera se irán "perfeccionando" en nuestra contra.



Hebreos 10:25-26

Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios.





Autor: David A. Guerrero S.

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